Proposición de Ley Foral de Símbolos de Navarra

  • Propuesta:
    26 Ago 2019
    Apertura:
    04 Sep 2019
    Cierre:
    Prórroga:
    Debate:
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Propuestas Ciudadanas

  • Spurgus Pérez
    El preámbulo es absurdo. Del principio al final.

    La bandera, escudo el himno NO son "los principales símbolos" de expresión de "identidad de los pueblos" conceptos que pertenecen marcadamente a la ideología (muy en boga eso sí) que pretende que la democracia se constituye en torno a la identidad y voluntad (supuesatmente univocas) de “los pueblos”, en vez de en torno a la libertad y los derechos individuales, y también los lazos de solidaridad y unión de los ciudadanos, comprometidos libremente y plasmados en el otorgamiento de su constitución polìtica, y en las leyes emanadas de sus Instituciones que la desarrollan y en su respeto y cumplimiento por todos.

    Los sentimientos identidad de los pueblos es cosa muy opinable, y debe serlo, y de hecho asistimos en nuestra ciudadanía a un interminable debate sobre si existen una o varias naciones, si todas son iguales entre sí o si hay algunas con más o mejores derechos y si nos sentimos más tal o más de aquello. Si entre nuestras reglas de convivencia no existe ni siquiera la oblgiación de aceptar como propia una “identidad nacional” común, sino que impera la plena libertad para que cada cual la configure a su modo, ¿cómo van a ser las banderas oficiales los principales simbolos de expresion de identidad? ¿Por qué tiene que sentirse representado en su identidad de navarro (que cada ciudadano siente como quiere) por unos simbolos en exclusiva?

    Esa pretensión de representación de la identidad “del” pueblo parte por tanto del principio de total oposición al derecho de cada cual a vivirla o sentirla como quiera, adscribiéndose a unos símbolos u otros, en los cuales, en todo o en parte, se inscribe todos o parte de sus sentimeintos de identidad. Todos los sentimientos, además de cambiantes, en cuanto humanos, están pasados por el tamiz de lo cultural, y por tanto, resultaría absurdo, reduccionista, y contrario a la proclamada protección de la libertad y promoción de la pluralidad el pretender someterlo a una ley de símbolos.

    En cuanto a que la voluntad popular sea fuente de la INSTITUCIONALIDAD y de su simbología (de Navarra y cualquier parte del mundo). Desde luego, si tal cosa fuera cierta, sería inexplicable que la mayor parte de los símbolos (y desde luego los más conspicuos y aceptados) suelan ser escudos de armas de reyes y nobles, himnos marciales, o revolucionarios, y enseñas a veces decididas por un rey o una clase nobiliaria poco o nada popular. Pura fraseología.

    Así, no se puede decir que la "identidad del pueblo español" se exprese como principal simbolo en la bandera española (actual) para empezar, porque la legítima sensitibilidad de la identidad de quien se sienta republicano, o antimonárquico, o lo que sea, va a sufrir. La misma pluralidad y libertad que se afirma como fuernte de nuestro ordenamiento y nuestras instituciones, delimita un ámbito más estrecho, formal, aburrido de los símbolos que es el de tratarse de los SIGNOS EXTERNOS que distinguen, avisan y resumen publicamente la identidad institucional de un país, una región, una localidad, en su dimensión politico-administrativa, como es decir, un Estado/una Comunidad autónoma/un Ayuntamiento, a fin de dotar a todas sus actuaciones (desde la liquidacion de un tributo, pasando por un camión de bomberos, las sábanas de un hospital público hasta de la representacion oficial del esplendor máximo del Gobierno de Navarra mediante la bandera y el escudo de la fachada del Parlamento) de una APARIENCIA UNIFORME, indicativa de una MISMA IDENTIDAD Y REALIDAD INSTITUCIONAL, y hacerlo de forma primaria, intuitiva, reconocible, comprensible de un primer vista y reconocible por cualquier ciudadano que vea esa simbología ante si y sepa que se está ante todo eso que nos hemos dado (después de incontables fracasos, inmensos costes y cientos) como institución que nos protege con leyes, jueces, policías y médicos: nuestro estado de derecho.

    Lo que debe regular una norma de símbolos son los simbolos OFICIALES del Estado, en el escalón regional/local que es la la Comunidad en sus niveles. En Nagvarra, loos de Navarra,y en Garinoain, los de ese entrañable pueblo, mediante su correspondiente ordenanza

    Nada más, y nada menos.

    Lo que deben hacer las personas que por elección democrática les corresponde la representación de la ciudadanía en las instituciones de nuestra comunidad, es RESPETAR la simbología representativa de esas instituciones, sin pretender ni que cumpla sus particulares (y respetabilísimos) sentimientos de filia o fobia identitaria que son PRIVADOS ni tampoco los de su PARTIDO, SECTA o RELIGIÓN, por más que su militancia sea publica, notoria, y absolutamente respetables, pero NO INSTITUCIONALES.

    La autoridad que así no lo habga, debe ser inhabiitada sin importar ni la mayoría social que sustente los sentimientos que se pongan en juego, ni la originalidad en los planteamientos, ni ninguna de las originales explicaciones que suelen dar los responsables de los partidos políticos para saltarse la ley a la torera.

    Haciéndolo así, con una adecuada pedagogía institucional (que naturalmente no se hará porque al poder interesa todo lo contrario, que es conducir mansamente al rebaño) se evitará que se confunda como se está haciendo LAS INSTITUCIONES que nos hemos dado todos, y son PUBLICAS, con los legítimos (pero sectarios) intereses de los partidos políticos (que, recordemos, son el primer motivo de preocupación de los ciudadanos- me remito a las encuestas del CIS) y que son ASOCIACIONES PRIVADAS y que como tales, VAN A LO SUYO que es PARTICULAR.


    En cuanto al uso particular que de tales simbolos institucionales, nuestro régimen de libertades y la propia defensa de nuestro pluralismo y libertad ideológica debe hacer prevalecer la total libertad de los ciudadanos para usar los simbolos con las alteraciones que tengan a bien, con la única limitación (a ponderar en cada caso), de que no se busque la confusión o actos absolutamente extraordianarios que tuvieran por objeto demostrado atacar de forma absolutamente intolerable los valores que defienden estas instituciones, y simbolizan nuestros emblemas.

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    10 Ene 2020 - 21:21